Ser un prestador de servicios educativos para la primera infancia en Colombia es un gran regalo que implica mucho compromiso, conocimiento, inteligencia, tacto y gestión en pro de los niños y las niñas de nuestro país.

 Ser maestros y gestores educativos nos compromete a comprender las necesidades de los niños, la singularidad de los procesos de desarrollo, la pluralidad de procesos de aprendizaje nos permiten ser facilitadores de fantásticas aventuras que los introducen en el reconocimiento de su ser, de sus habilidades mientras aprenden y se divierten siendo niños.

Esta es la premisa más importante de nuestra labor, trabajar siendo conscientes del impacto que con nuestras acciones pedagógicas, emocionales y culturales ejercemos en los niños y centrarlas en generar el mejor resultado. 

Los jardines infantiles privados de Bogotá, tenemos un ente que nos acompaña en ese proceso siento garantes de los derechos de los niños y las niñas de nuestra ciudad. Es una entidad que inspecciona y vigila el accionar de los entes educativos de la primera infancia. Para que este proceso sea efectivo han organizado una serie de lineamientos que incluyen cinco grandes líneas de observación denominadas componentes: estos son: Ambientes Adecuados y Seguros, Procesos Administrativos, Procesos Pedagógicos, Nutrición y Salubridad y Talento Humano. Estos componentes establecen 116 parámetros de cumplimiento de estándares esenciales, básicos y relacionales.

Estos estándares incluyen revisiones y acompañamiento de: Secretaría de Salud, Bomberos, Alcaldías locales y Secretaría de Integración Social, entre otros entes gubernamentales.

En Bogotá existen un aproximado de 2.000 jardines infantiles privados que prestan sus servicios a las diversas comunidades. Es de resaltar que únicamente 16 instituciones educativas para la primera infancia han logrado cumplir con estos estándares que son una línea directa a la Certificación de Alta Calidad. 

Recibir el REI es un reconocimiento al compromiso, a la búsqueda de excelencia en la prestación del servicio educativo, es seriedad en los procesos internos y en el enfoque del trabajo del equipo de un jardín al sacar adelante todos los estándares.

Ya que cada uno de ellos evalúa y requiere un proceso muy consiente de desarrollo tanto con el talento humano, los niños, los espacios como con las familias, cuidadores y comunidad educativa para la comprensión de la gran misión que tenemos de velar por la garantía de los derechos de nuestra población de la primera infancia.

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